¿Qué es un orgasmo? En términos generales podemos definir el orgasmo como la descarga repentina de la tensión sexual acumulada que provoca contracciones musculares rítmicas involuntarias en la zona pélvica provocados por el placer sexual. Los orgasmos, en ambos sexos, son controlados por el sistema nervioso autónomo. La mayoría de las personas definimos el orgasmo como una gran sensación de placer inigualable tanto físico como mental. Pero existen diferencias sustanciales entre hombres y mujeres a la hora de experimentar un orgasmo.
Algunas mujeres pueden ser multiorgásmicas y pueden disfrutar de esa sensación tanto con la penetración como con la masturbación y ese orgasmo depende mucho de la forma a la que se llegue, pues no todos son iguales. Los hombres también pueden ser capaces de tener varios orgasmos, aunque eso depende de su capacidad física y del dominio que este tenga sobre su respuesta sexual. Se creía que el hombre tan solo podía sentir un orgasmo si eyaculaba, pero no es así, el orgasmo y la eyaculación son dos cosas distintas, la eyaculación es el resultado del reflejo eyaculatorio provocado por el sistema nervioso simpático.
Lo que nos diferencia a ambos sexos es que la mujer puede tener varios orgasmos en una sola relación sexual y al hombre le cuesta un poco más de trabajo conseguirlo, ya que necesita un tiempo de recuperación entre cada orgasmo y eyaculación llamado período refractario. El tiempo de descanso puede variar y cambia de un hombre a otro, hay incluso chicos que, o bien carecen de él, o bien tienen un período refractario tan corto que pueden continuar con la relación sexual después de eyacular y tener varios orgasmos, muy parecido a lo que le sucede a las mujeres.
Muchas parejas desean alcanzar el clímax al mismo tiempo, es decir, tener un orgasmo simultáneo. Esto, sin ir más lejos, no es ni una leyenda ni un mito, es una realidad. Lo que pasa es que no es fácil, el sentir un orgasmo es una experiencia en ocasiones solitaria que cada persona siente de forma distinta y es casi imposible que nos demos cuenta de lo que está pasando fuera de nuestra piel. El disfrutar de un orgasmo simultáneo no es sinónimo de una gran relación sexual, y que no hay que buscarla a cualquier precio. Tenemos que pensar que a los hombres, normalmente, para tener una eyaculación les bastan cinco minutos de tiempo, mientras que nosotras necesitamos al menos veinte, por lo que no hay que obsesionarse en ‘llegar’ a la vez. Para ello son muy importantes los juegos preliminares y la correcta estimulación de la mujer antes de la penetración, y una ayuda muy eficaz son los preservativos retardantes masculinos y las cremas estimulantes femeninas.
A veces, las mujeres caemos en un grave error con nuestra propia pareja al pensar que él, que dice amarnos tanto, debe hacernos llegar al orgasmo. Por mucho que nos ame, él no conoce bien nuestras zonas erógenas, por lo que desde la primera relación se lo debemos enseñar. Será más fácil y placentero para ambos.
También las mujeres nos podemos sentir, de alguna manera, con ciertos complejos a la hora de desnudarnos y pedir lo que nos gustaría que nos hicieran en cuanto al sexo, así que es muy importante que primero nos gustemos a nosotras mismas para poder disfrutar plenamente de nuestra sexualidad.
Por otro lado, aún encontramos hombres, aunque afortunadamente ya son casi inexistentes, que creen que si una mujer no logra un orgasmo a través de la penetración es una “frígida” y quizás por eso alguna de ellas prefiere fingir que lo ha tenido para no sentirse mal, aún a sabiendas de que con ese método no lo logrará nunca. La frigidez no implica falta de deseo. No temamos contar la verdad a pesar de tener miedo a dañar su ego masculino. Una mujer debería sincerarse siempre con su pareja, y con esto también me refiero al sexo. También el hombre debe explicarle a su pareja qué es lo que le da más placer y así podéis estar seguros de que una relación sexual jamás será monótona.
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