La ropa interior femenina se ha convertido en un elemento más en los prolegómenos sexuales. Si quieres que tu chico se excite con solo mirarte, apúntate a lo más en lencería de alto voltaje.
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Sexo y prendas fetiche.
En general los chicos suelen alucinar con cualquier tipo de ropa interior que se salga de la rutina. Un corte atrevido, un tejido delicado o un color llamativo llamarán su atención y les harán desear mucho más lo que se esconde debajo.
Claves para elegir la lencería.
- –Destierra el algodón al baúl de los recuerdos. No es nada sexy. La comodidad que proporciona no es excusa para vestirlo en la cama. Él creerá que acabas de salir del gimnasio o que te has acomodado en la rutina, por lo que su libido caerá en picado.
- – Pásate a los tejidos sofisticados. Si el algodón está totalmente prohibido, ¿qué opciones quedan? ¡Infinitas! Desde los encajes al raso y el satén, el éxito está asegurado. El tacto delicado de estas prendas será como una doble caricia para ti y para él. Y si lo mezclas con encajes y transparencias conseguirás encender la pasión con un simple mirada suya.
- – Enseña la lencería. Insinúa tu ropa interior y hazle la boca agua. Deja ver una tira del sujetador o desabrocha la blusa hasta dejar asomar la puntilla del sujetador. En su justa medida, el mostrar la lencería puede resultar tremendamente erótico. Querrá verlo todo y no parará hasta llevarte a la cama. Eso sí, ni se te ocurra recurrir a los tirantes de silicona o perderás puntos.
- – Di adiós al tanga. A no ser que tus medidas sean de escándalo, el tanga puede provocar el efecto contrario al deseado. Por eso, es mucho más recomendable usar culottes. A ellos les resultan igualmente sexy y tú podrás disimular algunas imperfecciones.
- – Opta siempre por conjuntar tu lencería. El sujetador y la parte de abajo deben estar coordinados para conseguir un efecto atractivo. Las estridencias son de lo más antimorbo o antiestético. Los colores que más triunfan son el negro, el rojo y el blanco. En la variedad está e gusto, pero recuerda: nunca recurras al crudo. ¡Le harás pensar en su querida abuelita y querrá salir corriendo!
Y después del sexo, ¿qué?
Si el plan incluye quedarse a dormir, no lo dudes. Olvídate de prendas ñoñas o infantiles y enséñale tu mejor cara. Opta por prendas sensuales como camisones cortos a juego con una bragueta o un culotte.